sábado, 17 de marzo de 2012

ABRAZA LA FELICIDAD DE TU VIDA


Hace unos días, me fui a caminar al monte que está cerca de mi casa, me metí caminando por uno de los caminos que había para entrar dentro del bosque, y me encantaba el oír la brisa del viento soplando entre aquellos pinos, entonces vi una piedra y me senté en ella, a oír como el viento y aquellos pinos se hablaban y se comunicaban, y veía como los rallos de sol pasaban entre las ramas de aquellos pinos. Era una imagen preciosa, lo más que me gustó fue esa comunicación tan bonita con la naturaleza, y me vi entre esa comunicación y me parecía que era un sueño. Era maravilloso sentir como el viento te acariciaba y eso rallos de sol se fundían en tu rostro, y mientra estaba disfrutando de ese placer vi un pino cerca de mi, entonces sentí un gran impulso por abrazar a ese pino, fue un momento tan especial, se paro el tiempo, se ensordeció el viento, el sol brillo con más fuerza, y de repente note como si el pino me correspondiera ese abrazo. Entonces  note como mis ojos se llenaron de lagrimas que recorrían mi rostro, caían sin cesar... Fue un momento en el que sentí tanto amor y cariño. Fue tan placentero, que creo que ese abrazo me lo había dado una persona muy especial para mi, que nunca he olvidado y siempre la tengo presente.


 En mi corta vida he conocido miles de personas y más trabajando de cara al público, pero esa persona era muy cercana a mi familia, la verdad que pude disfrutar muy poco de ella ya que Dios se la llevó, yo siendo pequeño. Tengo pocos y escasos recuerdos de él, pero me aportó y me dio tanto en ese poco tiempo, que es un cariño tan intenso que cada vez que lo recuerdo se me rallan los ojos y a veces no contengo las lagrimas. Es tan fuerte ese sentimiento que con palabras no lo puedo expresar. Una persona me regalo una foto de él y mía de pequeño, grabada en una taza. Fue tan especial, ese día lloré como un niño,  me emocione tanto, me gustó ese momento.  Me vino ese momento, ese recuerdo cuando estaba abrazando a ese pino, y muchos más recuerdos, o los pocos que compartí con él, pero fueron maravillosos e increíbles. Yo se que él nunca me ha abandonado, sigue conmigo y me protege, es como si no se me hubiese ido nunca, fue maravilloso ese momento y me encanto el recordar ese tiempo que compartí con él, con el abrazo que le di a ese pino. Cuando me fui lo hice tan orgulloso y me alegré tanto de  haber hecho caso de mi impulso, de abrazarlo con tanta intensidad, que me hizo sacar una conclusión: Hazle caso a tu impulso y haz lo que realmente te apetezca.